Lo promovió el radicalismo, pero el peronismo se sintió ofendido y reclamó una disculpa que no llegó.
Un homenaje a 38 años del informe “Nunca más” de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) marcó este jueves fuertes contrapuntos entre el radicalismo y el kirchnerismo.
La presidenta del bloque radical, Marianela Romero, impulsó el recuerdo y mencionó que “hubo personas que decidieron no participar” de la Conadep. “Incluso desde un espacio legislativo como el Senado, con una mayoría justicialista, se decidió no participar y solo hubo representación de los diputados. No lo hago como un acto de juzgamiento. Había que tener los genitales bien puestos para participar de esa comisión”, dijo.
La presidenta de la bancada del Frente de Todos, Marina Santoro, consideró “impropio” el comentario y recordó que el peronismo dio testimonio de su compromiso en la lucha por los derechos humanos “con muertos, exiliados y presos políticos”.
También memoró el decreto de 2003 de Néstor Kirchner que anuló “las leyes de impunidad” (es decir, las de obediencia debida y punto final) que “en algún momento el gobierno democrático de Raúl Alfonsín, presionado por el poder fáctico militar y por el poder oscuro de la Argentina, había promulgado”. Enseguida agregó: “Es un tema muy delicado como para seguir haciendo proselitismo pequeño”.
Romero respondió que sus palabras no fueron “impropias”, sino “parte de la realidad”. “No acuso a nadie de no haber estado, simplemente transmití hechos de la realidad que están documentados y forman parte de nuestra historia”, indicó. Y se manifestó “molesta, desde lo personal y lo político”, por “las valoraciones subjetivas de acontecimientos históricos en contextos distintos”, en alusión a los momentos en que se decidieron las leyes de obediencia debida y punto final y el que se derogaron.
Quebrada y ofendida, también intervino Mariana Cuesta, hija de Emilce Moler, víctima sobreviviente de la Noche de los Lápices y sobrina de un desaparecido. “Hay cosas que nos vamos a permitir y que no vamos a convalidar”, advirtió Santoro, y marcó “la necedad de no pedir disculpas” no ya a una concejala o a un espacio político, sino “a la ciudad”. “No entiendo por qué debería pedir perdón”, le contestó Romero.
A pedido del Frente de Todos, el cuerpo fue a un cuarto intermedio para tratar de conciliar posturas. Pero no sucedió. Santoro ratificó que lo de Romero fue “una ofensa a la identidad partidaria” del peronismo.
El radical Daniel Núñez dijo que “el dato de la realidad” no debía ofender ni personalizarse, pero tendió a apaciguar al decir que “el pueblo peronista también estaba en la plaza” cuando fue entregado el informe “Nunca Más”.